Eléboro fétido
Helleborus foetidus
El Eléboro fétido (Helleborus foetidus) es una flor de invierno que florece de diciembre a febrero aprovechando los rayos solares antes de la foliación primaveral de los árboles sombree el sotobosque.
Es llamado así por su mal olor. También llamada “yerba de los ballesteros” ya que su toxicidad se empleó para envenenar flechas. Su nombre griego, “helein” (morir) y “bora” (alimento), indica que su consumo causa la muerte, resultando tóxica incluso en su manipulación, a pesar de lo cual también se le reconocen algunas propiedades curativas para humanos y animales.
Se trata de una herbácea perenne silvestre de hasta 80 cm de altura, que aparece en pastizales, matorrales y borde de bosque, preferentemente sobre calizas. Requiere cierta humedad ambiental, por lo que es más común en la mitad norte, aunque se distribuye por toda la Península Ibérica. Crece como una macolla de hojas verdes divididas en forma de palma, que presentan de 7 a 11 foliolos lanceolados y con su margen dentado. Los tallos más elevados, lo que portan las flores, están compuestos por hojas modificadas (brácteas) de un color verde pálido muy característico. Sus flores cuentan con 5 tépalos de color verdoso y con el borde ligeramente rojizo, que florecen en racimos orientados hacia el suelo (péndulas) a lo largo del invierno o principio de primavera resultando poco vistosas.
Parece que las flores del eléboro albergan levaduras que en la metabolización de los azúcares del néctar elevan la temperatura de la flor en más de 6ºC respecto a su entorno, lo que permite una mejor dispersión de su aroma para atraer a los abejorros polinizadores. El abejorro, a su vez, al ser uno de los pocos insectos activos a finales del invierno, además de mover el polen entre flores también transporta levadura de unas a otras. Como recompensa el abejorro puede alimentarse del néctar en un ambiente más cálido y confortable. De este modo encontramos una relación simbiótica múltiple en la tres tipos de organismos se ven beneficiados de su inter-cooperación (planta, insecto y levadura).
Esta y otras especies del género, todas ellas venenosas, se emplean en jardinería. Su cultivo requiere sombra parcial, así como un suelo húmedo bien drenado y rico en humus.
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